Georg Philipp Telemann

Georg Philipp Telemann fue el candidato preferido del concejo municipal de Leipzig para ocupar la plaza que quedó vacante en 1722 para ocupar el cantorado de Santo Tomás en Leipzig. Cuando retiró su solicitud, hubo de contentarse con un candidato «inferior»: Johann Sebastian Bach. Telemann hizo carrera como director de música de la ciudad de Hamburgo – y por medio de su música en toda Europa.

Georg Philipp Telemann, nacido en 1681 en Magdeburgo, fue un autodidacta: «En todo esto, la mera naturaleza ha sido mi maestra, sin la más mínima instrucción». Siendo tan solo un niño tocaba ya varios instrumentos, «sin saber que había notas en el mundo», y más tarde dominó el clave, el órgano, el violín, las flautas dulce y travesera, el oboe, el chalumeau (el antecesor del clarinete), la viola da gamba, el contrabajo y el trombón. Recibió la base de su exhaustiva formación humanística como estudiante de un instituto en Hildesheim. Posteriormente se trasladó a Leipzig para estudiar Derecho por deseo de su madre. En su equipaje llevaba un cuaderno con música para los Salmos, que descubrió su compañero de habitación y que hizo llegar al alcalde de Leipzig. Este le encargó de inmediato que compusiera cada dos semanas una cantata para el servicio litúrgico en la iglesia de Santo Tomás. Telemann se hizo pronto cargo además de la dirección de la Ópera de Leipzig y estuvo en ella en activo como compositor, director de orquesta, director de escena e incluso cantante. Aquí fundó el «Collegium musicum», que más tarde habría de dirigir Johann Sebastian Bach, y también pasó a ser el cantor de la Iglesia Nueva: fue sólo entonces cuando renunció a proseguir sus estudios de Derecho. En 1705, Telemann fue nombrado maestro de capilla de la corte del conde Erdmann von Promnitz, en Sorau, que en la actualidad se encuentra en Polonia (Żary). La siguiente etapa del músico fue en 1707 en la corte de Eisenach, donde entró en contacto con Bach y fue padrino de su hijo Carl Philipp Emanuel. Más tarde, Telemann fue nombrado en 1712 director municipal de la música religiosa de la ciudad de Fráncfort, antes de que nueve años después regresara a Hamburgo, donde permaneció hasta el final de su larga vida como director municipal de música y cantor de las cinco principales iglesias de la ciudad. Esta etapa se vio interrumpida únicamente en 1737, cuando el compositor, que tenía entonces cincuenta y seis años, se tomó un permiso tras recibir una llamada de París, donde también fue celebrado como el mayor músico de su tiempo. Telemann dejó un legado gigantesco de más de mil cantatas religiosas e innumerables profanas, alrededor de mil quinientas obras instrumentales, más de cuarenta y cinco Pasiones y una cuarentena de óperas. Fue posiblemente el compositor más prolífico de todos los tiempos.

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