Karol Szymanowski
CompositorUn hermoso regalo por su trigésimo cumpleaños: en un concierto a modo de retrato del compositor con obras de Karol Szymanowski en la Musikverein de Viena en 1912, Grzegorz Fitelberg dirigió la Segunda Sinfonía y Anton Rubinstein tocó la Segunda Sonata para piano. ¿La consecuencia? Un contrato de diez años de duración con la renombrada Universal Edition y, con ello, un paso de gigante en la carrera de Szymanowski.
Karol Szymanowski nació el 6 de octubre de 1882 en el seno de una familia acomodada en Tymoszówka, un pequeño pueblo en la actual Ucrania, al sur de Kiev. Recibió las primeras clases de piano de su padre antes de que su tío Gustav Neuhaus –el padre del legendario pianista Heinrich Neuhaus– se ocupara de su formación musical. Szymanowski viajó más tarde a Varsovia, donde dio clases particulares con Marek Zawirski y Zygmunt Noskowski. Antes de que dejara Polonia y de que profundizara en el conocimiento de las corrientes musicales entonces actuales en Berlín, Viena y París, se asoció con personas que pensaban de modo similar y fundó la editorial independiente de los Jóvenes Compositores Polacos. A la asociación pertenecieron, entre otros, Grzegorz Fitelberg, Ludomir Różycki, Apolinary Szeluto y Mieczysław Karłowicz, que, junto con Szymanowski, pasaron pronto a ser conocidos internacionalmente con el sobrenombre de «Młoda Polska» (Joven Polonia). Tras finalizar sus estudios, Szymanowski se instaló en Viena, retirándose en verano y otoño a la finca de sus padres en Tymoszówka para componer. En el curso de extensos viajes que realizó a Italia y el norte de África descubrió su interés por las culturas antiguas, el cristianismo primitivo y el Oriente, lo cual dejó una clara impronta en sus obras. Tras la Primera Guerra Mundial, que Szymanowski pasó lejos de la acción componiendo en Tymoszówka, se trasladó a Varsovia, donde dirigió el Conservatorio a partir de 1927. Tras dimitir de su puesto en una institución que era poco amiga de las reformas, se vio obligado a trabajar como pianista por motivos económicos, lo cual apenas le dejaba tiempo para componer. Szymanowski celebró su mayor éxito en París en 1936 con su ballet [Harnasie]. Un año más tarde moriría el compositor como consecuencia de una tuberculosis de huesos que había venido padeciendo desde su infancia.