Rued Langgaard

Compositor

Nada menos que György Ligeti mostró su entusiasmo por la música de Rued Langgaard. En 1968, Ligeti formó parte, junto con el compositor danés Per Nørgård, de un jurado cuyo cometido era la evaluación de nuevas obras. Nørgård había logrado introducir en secreto dentro de la selección [Sfærernes Musik] (Música de las esferas), compuesta por Langgaard en 1916-1918, en cuya partitura Ligeti encontró algunos de los revolucionarios recursos compositivos que él mismo había utilizado en [Atmosphères], su composición de superficies sonoras. Langgaard, sin embargo, ya las había concebido cuarenta años antes que Ligeti.

Rued Langgaard nació el 28 de julio de 1893 en Copenhague y quienes le proporcionaron su primera formación musical fueron sus padres: su padre Siegfried, que había sido alumno de Liszt, dio clases durante muchos años en la Real Academia de Música de Copenhague después de una breve carrera como pianista y compositor; la madre de Langgaard, Emma, era pianista. A los once años, el músico en ciernes debutó con improvisaciones organísticas en la iglesia de Mármol de Copenhague y a los catorce se interpretó su primera composición de grandes dimensiones, [Musae triumphantes], para solistas vocales, coro masculino y orquesta en el palacio Odd Fellow de Copenhague. Hasta 1923, Langgaard, cuya formación musical en las disciplinas del violín, el órgano y la teoría de la música había corrido a cargo de una serie de profesores particulares, tocó como organista y pianista sus propias obras y estuvo también ocasionalmente en activo como director. El oficio de compositor lo había aprendido fundamentalmente de modo autodidacta en el curso de prolongadas estancias de estudio en Berlín, donde tuvo relación con directores como Arthur Nikisch y Max Fiedler, que ofreció el exitoso estreno de la Primera Sinfonía, [Klippepastoraler] (Pastoral de los arrecifes), en abril de 1913 con los Berliner Philharmoniker. Aunque se interpretaron otras de Langgaard después de la Primera Guerra Mundial ante públicos entusiastas en Berlín, Karlsruhe, Essen, Bochum y Viena, este éxito no se repitió en Dinamarca. Los esfuerzos de Langgaard por encontrar un puesto de organista en su país fueron asimismo en vano durante muchos años. No fue hasta 1940, a la edad de 47 años, cuando consiguió un puesto como organista en Jutlandia, en la catedral de Ribe, muy lejos de Copenhague, que era el centro musical del país. La extensa producción de Langgaard, integrada por 431 obras, cayó en el olvido prácticamente por completo después de su temprana muerte en 1952 y no habría de redescubrirse hasta los años sesenta. A pesar de su lenguaje posromántico, las obras de Langgaard muestran anticipadamente técnicas modernas como el [collage], las superficies sonoras y el minimalismo.

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