Germaine Tailleferre

compositora

Como compositora, Germaine Tailleferre tuvo que imponerse no sólo a un escéptico mundo masculino en general, sino también, muy específicamente, a su padre y sus dos maridos. Ninguno de ellos apoyó sus ambiciones artísticas de un modo permanente. También para distanciarse de su padre, que se negó a pagar sus estudios musicales, decidió cambiarse su apellido: de Taillefesse a Tailleferre.

Gracias a su gran talento fue aceptada muy pronto en el Conservatorio de París y se ganó el aprecio de Maurice Ravel y Erik Satie. En el vibrante panorama artístico de la capital francesa en los años veinte, Tailleferre se hizo famosa por ser la única mujer integrante del conocido como Groupe des Six, cuyo nombre aludía al ruso Groupe des Cinq creado en torno a Músorgski y Rimski-Kórsakov. Sin embargo, Tailleferre y sus colegas Auric, Durey, Honegger, Milhaud y Poulenc no se agruparon por iniciativa propia, sino por el artículo de un periodista. Aunque Milhaud resaltó las diferentes preferencias y temperamentos de los miembros del grupo, sí que se mostraban de acuerdo, no obstante, en rechazar la influencia de Wagner y la elitista concepción del arte de Debussy. A Tailleferre le interesaba también principalmente crear una música que, como ella misma decía, tenía que «divertir». Tailleferre, que especialmente después de sus dos divorcios vivió una y otra vez en difíciles situaciones económicas, siguió componiendo hasta poco antes de su muerte a la edad de 91 años. Su producción contiene obras en prácticamente todos los géneros. Puso música a textos de escritores como Ionescu, Valéry y Apollinaire, y se dedicó también con pasión a la música de cámara. Hay que poner también de relieve sus diversas obras escritas para arpa, un instrumento que fascinó a Tailleferre ya en sus años en el Conservatorio, cuando trabó amistad con la arpista Caroline Luigini-Tardieu.

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