Gabriel Fauré
Compositor
Gabriel Fauré fue un marginado por no haber estudiado en el Conservatorio de París. A pesar de ello, logró convertirse en uno de los compositores más destacados de su tiempo. Compuso fundamentalmente para formaciones reducidas –en los salones parisienses se admiraban su música para piano y su más de un centenar de canciones–, aunque la música incidental para [Pelléas et Mélisande] de Maeterlinck y el Réquiem se encuentran actualmente entre sus obras más conocidas.
A los nueve años, Gabriel Fauré, que poseía un gran talento para la música, se trasladó de su casa en el sur de Francia a París a fin de formarse como músico de iglesia en un internado entonces único en Francia, bautizado como École Niedermeyer por el nombre de su fundador. Aquí recibió clases, entre otros, de Camille Saint-Saëns, con quien habría de forjar una amistad que duraría toda su vida. A él hubo también de agradecerle que, tras sus primeros puestos en provincias, ocupara en 1877 el puesto de [Maître de chapelle] en la famosa Église de la Madeleine, aunque el prestigio que llevaba aparejado este trabajo no estaba lamentablemente en consonancia con el salario que llevaba aparejado. De resultas de ello, el compositor tenía que acompañar a otros coros y dar clases de piano. Por si fuera poco, ser músico de iglesia era para Fauré una ocupación que no le gustaba y que le parecía verdaderamente monótona: aunque estuvo en activo como organista durante cuarenta años, no escribió una sola obra para órgano. En 1896 se hizo cargo de una clase de Composición en el Conservatorio de París, donde enseñó, entre otros, a Nadia Boulanger y Maurice Ravel. Entre 1905 y 1920 fue el director de la institución. Fauré compartió el destino de Beethoven y Smetana: perdió su audición, lo que no hizo, sin embargo, que decreciera su actividad compositiva. Sus obras más famosas, como el Réquiem o su única ópera, [Pénélope] –que cosechó un gran éxito en el recién inaugurado Théâtre des Champs-Élysées–, nacieron cuando ya estaba prácticamente sordo. El compositor murió en 1924 a los setenta y nueve años en París como consecuencia de una inflamación pulmonar.
