Dmitri Shostakóvich
CompositorLa difamación ordenada personalmente por Stalin de la ópera anteriormente elogiada [Lady Macbeth de Mtsensk], de Dmitri Shostakóvich, fue una experiencia que provocó en 1936 una conmoción al joven compositor y de la que no habría de recuperarse por completo en toda su vida. La muerte del dictador en 1953 lo liberó al menos del intenso miedo a ser arrestado en cualquier momento, con el que sí que había vivido en los años anteriores. El destino de Shostakóvich muestra asimismo la arbitrariedad de los regímenes totalitarios: el gobierno soviético condecoró al compositor con diversos Premios Stalin, se benefició de su fama internacional y, al mismo tiempo, le hizo la vida imposible con diversas formas de represión.
Tras el escándalo de la ópera, Shostakóvich se concentró principalmente en su música instrumental, más difícil de descodificar en su contenido y sus referencias políticas. Las quince sinfonías y otros tantos cuartetos de cuerda se encuentran, junto con los conciertos para piano, violín y violonchelo solistas, entre sus obras más relevantes. Las primeras obras muestran al artista como una persona exuberante y consciente de su papel como azote y terror de los burgueses, mientras que el lenguaje musical de sus composiciones posteriores se caracteriza por su tono trágico, su ingenio sarcástico, sus dobles sentidos y una intensidad expresiva casi sin precedentes. Resulta evidente el parentesco buscado con Gustav Mahler. Las obras de Shostakóvich forman parte del núcleo central del repertorio de la Filarmónica de Berlín desde que Sergiu Celibidache ofreciera con la orquesta en 1946 el estreno alemán de la Quinta Sinfonía. Herbert von Karajan admiraba especialmente la Décima, que dirigió en presencia del compositor en 1969 durante una actuación en Moscú de la Filarmónica de Berlín como orquesta invitada. En su condición de director titular, Sir Simon Rattle incluyó Sinfonías de Shostakóvich en los programas de las temporadas 2008/2009 y 2015/2016.