Gioacchino Rossini
Compositor
Gioacchino Rossini fue el compositor de ópera de mayor éxito en la primera mitad del siglo XIX. Sus obras fueron aclamadas por doquier con entusiasmo. Sin embargo, su manera de trabajar desató no pocos nervios en los directores de ópera – Rossini no solía componer sus oberturas hasta la víspera misma del estreno correspondiente: «Nada estimula más la inspiración que la necesidad: la presencia de un copista esperando el fruto de tu trabajo y la presión de un empresario aterrorizado que está arrancándose el pelo a mechones. En mi época, todos los empresarios de Italia se quedaban calvos a los treinta años».
Veintiún años antes que Giuseppe Verdi, Gioacchino Rossini –hijo de un músico y de una cantante de ópera– nació en Pesaro el 29 de febrero de 1792. Las primeras clases de música se las impartieron sus padres antes de que pasara a estudiar con Don Giuseppe Malerbi, el maestro de capilla de la colegiata de su ciudad natal. A partir de 1804, el joven Gioacchino se presentó como cantante y «maestro di cembalo» y compuso, entre otras obras, seis «Sonate a quattro». Tras el traslado de la familia a Bolonia, Rossini estudió en el Liceo Filarmonico, el primer conservatorio estatal de Italia. A partir de 1808 empezaron a ver la luz numerosas obras religiosas, hasta que Rossini –respaldado gracias a sus buenos contactos en el panorama teatral contemporáneo– se decantó por el género escénico: en otoño de 1810 debutó con [La cambiale di matrimonio] en Venecia, gracias a lo cual se le ofreció un contrato para el próximo año, y posteriormente para otras tres temporadas. Su debut en la Scala de Milán en 1812, con la ópera cómica [La pietra del paragone], cosechó un gran triunfo, lo que dio lugar a más de cincuenta representaciones adicionales de la obra. Rossini celebró muchos más éxitos como un compositor predilecto del público, recibiendo encargos de Roma y Nápoles, que se vieron pronto seguidos por brillantes representaciones en Viena, París y Londres. En el cenit de su gloria, se instaló en 1824 en la capital francesa para ocupar el puesto de Directeur de la musique et de la scène en el Théâtre Royal Italien. Tras perder su puesto como consecuencia de la Revolución de Julio en 1830, Rossini se retiró de los escenarios y se dedicó a su segunda gran pasión: la cocina. Sin embargo, aún nacerían numerosos [Pechés de ma vieillesse], los conocidos como «pecados de vejez», presentados en las veladas musicales semanales que organizaba el compositor. En 1868 –el año en que se celebró la quingentésima representación de [Guillaume Tell] en la Opéra de París–, Rossini murió el 13 de noviembre en su propiedad rural de Passy, cerca de París.
