Max Bruch
CompositorMax Bruch se veía a sí mismo como un férreo guardián de la tradición, de ahí que reaccionara ante cualquier innovación musical con la polémica más enconada. A lo largo de su vida estuvo en total sintonía con la tradición clásico-romántica y rechazó los avances de la Nueva Escuela Alemana en torno a Franz Liszt con la misma vehemencia que la música de Richard Wagner y Claude Debussy.
Max Bruch, que nació en Colonia en 1838 y recibió sus primeras clases de música de su madre, fue un niño prodigio musical. Ya a la edad de doce años había compuesto un gran número de obras y una de estas piezas juveniles –un cuarteto de cuerda– ganó en 1852 el Premio de la Fundación Mozart de Fráncfort. Gracias a la beca que iba asociada al premio, Bruch estudió hasta 1857 con Ferdinand Hiller, que poco antes había sido nombrado director musical municipal, así como director del recién fundado Conservatorio de Colonia. Ulteriores estudios lo condujeron a Leipzig, donde estableció contactos con el círculo de Mendelssohn antes de trasladarse a Mannheim por sugerencia de Vincenz Lachner, director musical de la corte. Fue aquí donde nació, entre otras obras, su ópera [Die Loreley]. Bruch obtuvo su primer puesto en Coblenza, como director musical de la ciudad entre 1865 y 1867, una época en la que también compuso su famoso Concierto para violín núm. 1. Más tarde habría de maldecir abiertamente su popularidad, que superó con mucho a la de sus demás obras. Después de sucesivas etapas como director musical de la corte en Sondershausen, como compositor independiente en Berlín y Bonn, y como director de la Sociedad Filarmónica en Liverpool, Bruch se hizo cargo en 1883 de la dirección de la Sociedad Orquestal de Breslavia. Aquí el compositor se ocupó intensamente de cuestiones relacionadas con los derechos de autor con el fin de impedir lo que calificó en una carta de 1888 de «piratería» por parte de las instituciones musicales americanas. Bruch regresó finalmente en 1891 a Berlín, donde se hizo cargo de una clase magistral de Composición en la Academia de las Artes. En 1907, el compositor, que había sido distinguido con numerosos honores y premios, fue elegido vicepresidente como sucesor de Joseph Joachim. Entre sus estudiantes figuraron, entre otros, los luego mundialmente famosos compositores de operetas Oscar Strauss y Eduard Künneke.