Joseph Haydn
Compositor
Amaba lo que no era convencional: el afán de experimentación de Joseph Haydn no nacía –como el de Beethoven– fundamentalmente de una intencionalidad expresiva. Se basaba mucho más en el principio de poner en cuestión reglas por medio de originales contradiseños. «Quizá no sea posible llevar más allá la sorpresa en la música», escribió en 1799 la [Allgemeine musikalische Zeitung] de Leipzig.
Joseph Haydn nació en 1732 en la localidad de Rohrau, en la Baja Austria, cerca de la frontera húngara. Después de vivir dos años con parientes en Hainburg an der Donau, donde aprendió «las nociones elementales de la música junto con otras necesidades juveniles», lo enviaron a Viena. Allí, como niño cantor del Coro de San Esteban, además de recibir clases de latín, religión, matemáticas y alemán, se benefició de una exhaustiva formación musical: con «muy buenos profesores», como recalcó él mismo más tarde. A los veinte años Haydn fue discípulo, ayuda de cámara y asistente del famoso compositor de ópera italiano Nicola Porpora, a quien confesó deberle «los auténticos fundamentos del arte de la composición». Tras su nombramiento como maestro de capilla del conde von Morzin, el compositor inició finalmente su período de varias décadas al servicio de la corte del príncipe Eszterházy en Eisenstadt. Este sentía una especial predilección por su residencia junto al lago Neusiedl, el castillo húngaro de Eszterháza, apartado de todo. Durante este tiempo la vida de Haydn transcurrió, por tanto, lejos de las metrópolis, sin una conexión directa con el panorama musical internacional: parece ser que ni siquiera le llegó la noticia de la toma de la Bastilla en el verano de 1789. El compositor recibía, no obstante, encargos procedentes de toda Europa, por ejemplo de París, donde la sociedad de conciertos de la [Loge Olympique] le encargó seis nuevas «Grand Symphonies» (núms. 82-87). Después de la muerte del príncipe Nikolaus en 1790, Haydn conquistó también con su música las salas de concierto burguesas. Ello le llevó a establecer una relación especialmente estrecha con Londres, donde se convirtió en uno de los compositores de mayor éxito de su tiempo.
