Alberto Ginastera
CompositorAlberto Ginastera, que creció en un entorno musical en Argentina, se centró en las tradiciones folclóricas de su país. La música de la Pampa siguió siendo un elemento central de su inspiración hasta sus obras de última época, aunque también entró en contacto desde muy pronto con la vanguardia de su tiempo gracias al estudio intensivo de la música de Béla Bartók y de la Segunda Escuela de Viena.
Nacido en 1916 en Buenos Aires como hijo de padres argentinos con raíces catalanas e italianas, tras su formación musical inicial, a partir de 1928 estudió piano y composición en el Conservatorio «Alberto Williams», así como en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires. Fascinado por [La consagración de la primavera] de Igor Stravinsky –Ginastera se sintió atraído por el «primitivismo de la música, su impulso dinámico y la novedad de su lenguaje»–, compuso con el ballet [Panambí] (1937) su primera obra oficial, que sentó las bases de su fama en Argentina: una obra que se basaba en una antigua leyenda del pueblo indígena guaraní y que con sus palpitantes ostinati muestra vínculos indudables con la obra del siglo de Stravinsky. Ginastera compuso en 1941 para Lincoln Kirstein y su American Ballett Caravan su obra danzable [Estancia], que se estrenó con éxito en el Teatro Colón de Buenos Aires tras la disolución de la compañía en una coreografía de Georges Balanchine. Al mismo tiempo, Ginastera dio comienzo a una carrera de treinta años como un influyente pedagogo con un puesto en el Liceo Militar General San Martín y una cátedra en el Conservatorio Nacional, donde también impartió privadamente clases de composición. En 1962 fue nombrado director del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales del Instituto Torcuato Di Tella, que se convirtió para los jóvenes compositores latinoamericanos en el lugar fundamental al que ir. En 1971, Ginastera contrajo matrimonio en segundas nupcias con la violonchelista argentina Aurora Nátola y se trasladó con ella a Ginebra, donde a partir de entonces se dedicó enteramente a la composición. Cuando Ginastera murió en 1983 como consecuencia de un cáncer –en el estadio final de la enfermedad aún pudo completar su Segunda y su Tercera Sonata para piano–, dejó tras de sí un gran número de obras inconclusas.