Igor Stravinsky
Compositor
Junto a Arnold Schönberg y Claude Debussy, Igor Stravinsky fue el compositor más influyente de la modernidad. En su música para el ballet [La consagración de la primavera], de 1913, que marcó una época, liberó el ritmo del corsé de unidades regulares de compás y experimentó con elementos politonales. Más tarde se convirtió, con composiciones como [Pulcinella], en el padre del movimiento neoclásico, para acabar incluyendo también en sus últimos años dentro de su lenguaje sonoro siempre en constante transformación estructuras seriales y una personal asimilación de la música dodecafónica de Schönberg. Su vida refleja las dislocaciones y los conflictos del siglo XX, y durante un tiempo Stravinsky llegó incluso a mostrar cierta simpatía por el fascismo de Mussolini.
Expulsado de su patria, el compositor tomó sucesivamente las nacionalidades francesa y estadounidense. Después de la Revolución de Octubre volvió a Rusia en una sola ocasión en el marco de una gira de conciertos. Apego a su patria y cosmopolitismo, modernismo europeo y fe rusa-ortodoxa, arranques impulsivos y sobriedad caracterizaron a la manera de aspectos contrastantes tanto la personalidad como la obra del músico, cuyas composiciones se beneficiaron además de su interés insaciable por la literatura y las artes plásticas. Stravinsky también alcanzó fama mundial como intérprete de sus propias obras. En 1924, bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler, Stravinsky tocó con la Filarmónica de Berlín su Concierto para piano y en los años 1931 y 1964 actuó él mismo como director al frente de la orquesta. El Proyecto Educativo realizado en torno a [La consagración de la primavera] fue un primer momento destacado de la época de Sir Simon Rattle como director titular de la Filarmónica de Berlín, mientras que el estreno alemán de [Chant funèbre], una música fúnebre desaparecida durante décadas, habría de serlo de su etapa final.
