Richard Strauss
Compositor
Richard Strauss alcanzó la fama como compositor con veintipocos años y escribió sus últimas obras con más de ochenta. Él mismo cerró este círculo cuando, en las Cuatro últimas canciones de 1948, citó un tema de su poema sinfónico Muerte y transfiguración, compuesto seis décadas antes.
Strauss se vio ya rodeado de música orquestal durante su infancia, porque su padre era trompista de la Ópera de la Corte de Múnich. Esta temprana exposición habría de dar sus frutos, ya que Strauss acabaría convirtiéndose en un maestro excepcional del arte de la instrumentación. Tras dos sinfonías de juventud, algunos conciertos con solista, música de cámara y numerosas canciones, dos géneros en concreto dominaron la actividad del compositor: los poemas sinfónicos y las óperas. Entre 1886 y 1915 escribió diez composiciones orquestales programáticas, inspiradas, entre otras obras, por Macbeth de Shakespeare, Don Juan de Lenau, Don Quijote de Cervantes y Así habló Zaratustra de Nietzsche. En su faceta de director de orquesta, Richard Strauss se convirtió también en uno de los músicos más influyentes de su tiempo. Entre 1888 y 1939 dirigió a los Berliner Philharmoniker un gran número de conciertos. Strauss inició su carrera como compositor de ópera con un escándalo: el estreno vienés de su Salome fue prohibido debido a la «perversa sensualidad» de su argumento. Tanto mayor fue el entusiasmo mostrado por el público de Dresde, donde se había ofrecido poco antes el estreno. En la actualidad es imposible pensar en el repertorio operístico sin las obras escénicas de Strauss. En los teatros de todo el mundo se programan especialmente las óperas creadas en colaboración con el poeta Hugo von Hofmannsthal, como es el caso de Elektra, El caballero de la rosa y La mujer sin sombra.